Después de un largo periodo de espera ya ha llegado la apertura tan deseada y tan ansiada.
Durante los días de espera hemos estado eligiendo cotos, haciendo moscas (no todas las que hubiéramos deseado) y renovando en mayor o menor medida el equipo.
Además hemos decidido probar algunos materiales o técnicas que, según nos han contado, funcionan muy bien.
Los días previos se hacen largos, parece que no llega el día, pero sí, sí llega (un poco antes o un poco después según comunidades)
Sabemos que debido a las condiciones ambientales y de los ríos en ésta época del año no vamos a tener unos días muy favorables, pero confiamos en coger alguna trucha y pasar las primeras jornadas lo más entretenidos posible dadas las circunstancias y a la espera de que las condiciones del río y la actividad de las truchas vayan poco a poco siendo más propicias.
Sabemos que la temperatura del agua será baja, que las eclosiones (si las hay) cortas y en las horas centrales del día, pero lo tenemos asumido, estamos a principio de temporada…
A pesar de todo lo dicho hasta ahora, cuando estamos en el río y las condiciones son muy desfavorables o incluso desagradables, nos surgen pensamientos como ¿por qué no he traído el neopreno? ¿para qué vengo hasta aquí si al principio se suele pescar poco o poquísimo? ¿estoy tonto? ¿por qué no he tenido en cuenta la previsión metereológica y me he quedado en casa? Y otras parecidas que irremediablemente nos volveremos a hacer sobre estas fechas en 2013 y posteriores…
Pero los pescadores a mosca somos así, unos seres poseídos por un extraño espíritu que nos obliga a hacer cosas que al resto de los seres humanos les resulta imposible comprender o creer si no lo comprueban personalmente con algún amigo o conocido.
Como es lógico no todo son penurias, aburrimiento y bolos o casi bolos, también hay ratos buenos que nos hacen disfrutar.
Entre las cosas buenas están los almuerzos con los compañeros de pesca, esa eclosión espectacular que hemos tenido durante 15 minutos (aunque las truchas no se hayan movido) y alguna captura que nos compensa un poco de estos siempre duros inicios de temporada.
Además nos queda, entre las salidas de pesca, la pesca "oral" que hacemos el resto de los días con los colegas y con algún vaso de algo de beber en la mano.