Ayer día uno de mayo empezó la temporada de pesca en la región salmonícola superior de Navarra.
Las abundantes lluvias de los días precedentes y los caudales de los días previos nos crearon la incógnita de si se podrá pescar o no se podrá.
Afortunadamente los ríos bajaron bastante de nivel y buscando las zonas más altas algunos ríos bajaban pescables, aunque no con un caudal que podríamos con siderar ideal.
El agua tampoco era cristalina y quedaba más o menos color en las aguas.
El día salió con nubes y claros y un poco de viento, condiciones no muy favorables para que las truchas se ceben debido a la rapidez con la que las moscas eclosionaban y emprendían el vuelo.
Entré en el río a eso de las 12,30 y no se veía actividad por parte de las truchas ni tampoco que eclosionara ninguna mosca.
Como empecé en una zona bastante complicada debido a la vegetación y a las ramas y troncos cruzados en el río, puse una seca de conjunto y empecé a pescar al agua.
No tuve que hacer muchos lances para que me subiera la primera justo en el momento de sacar la mosca del agua, porque se iba a enganchar en una piedra que sobresalía del agua. Y no la clavé porque le quité la mosca de la boca.
Después saqué la primera y alguna más sin que empezara una eclosión clara, aunque ya se veía alguna mosca.
A eso de las tres de la tarde la eclosión estaba en todo su apogeo y las truchas se pusieron durante un rato a cebarse de forma intensa. Al final conseguí llevarme a la mano algo más de una docena de truchas, a las que hay que añadir las que casi llegaron a la mano, las que se soltaron antes y las que revolqué. En resumen un buen día de pesca (buenísimo si tenemos en cuenta las espectativas...)