Incluso algunos ríos se desbordaron causando inundaciones
con los daños materiales que producen los ríos al desmadrarse.
Además las aguas estaban más frías de lo que es habitual en esta época del año, por lo que la actividad de las truchas tampoco ha sido la que se podía esperar.
Algunos que habían sacado el permiso con mucha antelación se
encontraron que no se podía pescar y por lo tanto perdieron el permiso.
El primer día que me acerqué al río fue el día 8, la víspera
del día en el que se desbordaron muchos ríos. El resultado fue que después de
estar esperando más de 4 horas bajo una intensa lluvia que apenas cedía algo de
vez en cuando, volví a casa sin siquiera haber tenido una trucha a la que
presentar la mosca.
Los cuatro días restantes no fueron muy buenos debido a la
climatología adversa con días de viento y sol.
A pesar de todo algunas truchas se interesaban por las
moscas con las que las tentábamos y llegaron a entrar al engaño.
Como este año se disponía de 10 permisos he vuelto a pescar algún
río que tenía casi olvidado.
Incluso he acudido al Erro, río que no pescaba desde hace
muchos muchos años. Con la sorpresa de encontrarme con una proliferación de gammarus como nunca había conocido en los años que llevo pescando.
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